Es una de las lesiones más devastadoras del parto, y es completamente prevenible.
La fístula obstétrica es un agujero entre el canal de parto y la vejiga o el recto, o ambos, causado por una labor de parto prolongada y obstruida sin acceso a tratamiento médico oportuno y de calidad. A menudo conduce a problemas de salud graves y crónicos, depresión y aislamiento social.
Las desigualdades sociales y económicas persistentes y la inadecuada atención de la salud sexual y reproductiva impulsan los casos de fístula al limitar el acceso a la atención que salva y restaura vidas, especialmente en las comunidades marginadas. En el 90 % de los casos, el bebé muere. Unas 500.000 mujeres y niñas viven hoy con fístula.
El hecho de que las mujeres todavía sufran de esta afección es una injusticia mundial que debe terminar. Teniendo esto en cuenta, el tema del Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica de este año es: Su salud, su derecho: Dando forma a un futuro sin fístula”.
Para crear soluciones eficaces, basadas en los derechos y culturalmente apropiadas, debemos basarnos en las voces y experiencias de las mujeres y las niñas, especialmente las sobrevivientes de fístula.
Si colocamos a las mujeres y las niñas en el centro de sistemas de salud más sólidos y salvamos las brechas sociales y sanitarias, podremos poner fin a la fístula para 2030. Requeriría un enfoque integral para fortalecer los servicios de salud sexual, reproductiva, materna y neonatal, incluida la inversión en sistemas de salud sólidos, así como garantizar el acceso a parteras y una atención obstétrica de emergencia oportuna, especialmente en las zonas de difícil acceso.
La condición es tratable con los recursos adecuados: una recuperación plena requiere una rehabilitación integral y apoyo psicosocial y económico. El UNFPA apoyó casi 150.000 reparaciones quirúrgicas de fístula entre 2003 y 2024 y ha ayudado a integrar a 15.000 mujeres y niñas en la sociedad, pero esto es solo una fracción de quienes lo necesitan.
“Ninguna mujer o niña debería tener que soportar la agonía de la fístula obstétrica”, ha dicho la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA. “Debemos asegurarnos de que todas las mujeres y niñas, sin importar quiénes sean o dónde vivan, puedan acceder a los servicios de salud sexual y reproductiva de alta calidad que les corresponden, y ampliar las intervenciones probadas que apoyan a las sobrevivientes, incluida la cirugía de reparación de fístula. Juntos podemos restaurar la dignidad y la esperanza”.